Saber más de la trashumancia en Valdelinares.
Algunos de sus vecinos, ahora jubilados, recuerdan como salían con sus ganados a principios de octubre y no regresaban hasta mayo. Ayudados por los perros los pastores conducían el ganado en busca de pastos hacia tierras de Valencia o Castellón. Un viaje que podía durar entre siete y diez días, si las cosas salían bien rodadas. La Vereda Real por la que transitaban tenía 90 varas de ancho. Los privilegios reales permitían a los trashumantes el pastoreo en los pueblos de paso hasta un período de tres días.
Algunos de sus vecinos, ahora jubilados, recuerdan como salían con sus ganados a principios de octubre y no regresaban hasta mayo. Ayudados por los perros los pastores conducían el ganado en busca de pastos hacia tierras de Valencia o Castellón. Un viaje que podía durar entre siete y diez días, si las cosas salían bien rodadas. La Vereda Real por la que transitaban tenía 90 varas de ancho. Los privilegios reales permitían a los trashumantes el pastoreo en los pueblos de paso hasta un período de tres días.
Por su parte, los pastores estaban obligados a no invadir ningún otro terreno que el dispuesto por las autoridades municipales.
Antiguamente la trashumancia estaba reglamentada a través del Consejo de la Mesta: Junta o Concejo que solía reunirse dos veces al año, con el nombre de: ‘Asociación General de Ganaderos’, para tratar, a escala global, los negocios concernientes a los ganados. La Junta tenía por título: ‘El honrado Concejo de la Mesta’ que gozaba de grandes privilegios relativos a la protección de los ganados, ganaderos y pastores. Esta institución ejercía jurisdicción por medio de presidente – Ministro, siempre del Conejo Real – y de juzgados subalternos en las provincias.
En la actualidad, gracias a los densos pastos en la Sierra de Gúdar, a la modernización de las explotaciones y a la variación en las condiciones climáticas, más benignas, es cada vez más abundante el ganado vacuno que, alimentado de manera natural y ecológica, proporciona una carne de alta calidad, muy demandada por el mercado.
En la actualidad, gracias a los densos pastos en la Sierra de Gúdar, a la modernización de las explotaciones y a la variación en las condiciones climáticas, más benignas, es cada vez más abundante el ganado vacuno que, alimentado de manera natural y ecológica, proporciona una carne de alta calidad, muy demandada por el mercado.
Asimismo, Valdelinares ha sido un lugar de paso para tratantes, ganaderos y comerciantes por lo que siempre ha contado con buenos servicios de posadas tabernas y tiendas. Los lugareños recuerdan un buen numero de comerciantes y taberneros que ya no se encuentran entre nosotros.
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