La villa de Valdelinares y su entorno, goza de un encanto especial caracterizado por sus contrastes en formas y colores. De un lado su típico cielo azul intenso y sus verdes campos, con distintas tonalidades de pastizales y pinares. De otro, sus formas suaves, son cumbres aplanadas de destacada altura (1700-1900m) que forman laderas modificadas por la mano del hombre con bancales. Un paraje presidido por la cubre más elevada del sector occidental del Sistema Ibérico: Peñarroya, (2028m).
El sur del municipio es recorrido por las aguas del río Linares afluente del Mijares, por el norte atraviesan los ríos Solavientos y Guadalope, afluentes del Alfambra y por el oeste, encajada entre las montañas de Peñarroya y Monegro, se encuentra la rambla de La Gitana, cabecera del río Alcalá.
Gran parte del término municipal de Valdelinares se incluye dentro del área: Lugar de Importancia Comunitaria (L.I.C.) ES2420126 -Maestrazgo y Sierra de Gúdar- una extensa superficie sobre un extenso afloramiento del Mesozoico superior – Cretácico que, puntualmente se interrumpe por series Triásico-Jurásicas coincidentes con ejes anticlinales (Alto Guadalope, Alcalá de la Selva…). La dirección dominante de sus líneas tectónicas es NW-SE, dominando el estilo de plegamiento laxo de tipo jurásico. En los márgenes del macizo cretácico las estructuras presentan la mayor complejidad. Destaca la evolución geomorfológica post-alpina responsable del arrasamiento generalizado. Constituyendo la superficie de erosión fundamental, y el posterior encajamiento de los principales colectores hídricos. Las características calcáreas dominantes y la presencia de superficies erosivas y plataformas estructurales han favorecido los procesos kársticos (poljes, dolinas). El periglaciarismo también tiene cierta representación especialmente en los sectores más elevados.
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